UTF/ARG/020/ARG - Proyecto para la promoción de la energía derivada de biomasa - PROBIOMASA
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2019-09-03
Los equipos se destinaron a Comunidades Energéticamente Vulnerables de Corrientes, Jujuy, Salta y Córdoba.
En el marco del Componente de Estrategias Bioenergéticas del Proyecto para la promoción de energía derivada de biomasa, y con el objetivo de que las poblaciones accedan al aprovechamiento eficiente de la biomasa para la generación de energía térmica, se entregaron 60 cocinas multifunción, 9 estufas y 13 calefones en Paraje Yahaveré, Corrientes, Cerro Negro del Tirao en Salta, Santa Bárbara en Jujuy y Paraje Pinto en Córdoba.
Las Comunidades seleccionadas, a partir de un relevamiento de 50, poseen serias dificultades de infraestructura en general, con una enorme falta de caminos adecuados, mal mantenidos o prácticamente inexistentes, con escasa posibilidad de acceso a combustibles para su uso, tanto para la cocción de alimentos o para el calentamiento de agua sanitaria y la calefacción de sus hogares o establecimientos.
Las Comunidades Energéticamente Vulnerables seleccionadas fueron:
-Comunidad Paraje Yahavere en la provincia de Corrientes. La misma es una comunidad guaraní que habita la zona desde hace 6 generaciones y está conformada por 13 familias, y el acceso entre ellos se logra a caballo o en muchos casos en canoas, pues es necesario atravesar lagunas o ríos.
-Comunidad Cerro Negro del Tirao, en la provincia de Salta. Está formada por 52 poblados, de los cuales 22 son menores de edad y dividida en 14 grupos familiares muy dispersos en el territorio, tomando en muchos de los casos más de una hora para llegar de un puesto a otro.
-Comunidad Escuela Albergue Santa Bárbara en la provincia de Jujuy. Está formada por aproximadamente 14 familias, y el número de habitantes permanentes es de 34 personas, de las cuales 9 son menores de edad, y sólo 6 de ellos se encuentran en edad escolar y asisten a la escuela primaria.
-Comunidad Paraje Pinto en la provincia de Córdoba, está compuesta por aproximadamente 20 familias, y el número de habitantes es cercano a las 100 personas, de las cuales sólo 11 son niños que asisten de modo permanente al establecimiento educativo de nivel primario. La escuela 25 de Mayo posee un albergue donde permanecen durante la semana algunos de los niños que asisten a clases, en especial aquellos que viven más alejados.
Dependiendo de la comunidad, las familias viven de la ganadería, la agricultura, la pesca y la horticultura a escala de subsistencia debido al aislamiento, la falta de heladeras y la inexistencia de vehículos para comercializar sus productos en centros urbanos. Algunas comunidades también elaboran artesanías. En las épocas de sequía algunos pobladores migran transitoriamente a centros urbanos en búsqueda de nuevas oportunidades laborales, regresando durante el verano cuando las pasturas mejoran.
En todas las comunidades, las viviendas tienen pisos de tierra, con muros y techos de caña y paja, en algunos casos recubiertos de adobe. Los baños son casillas de madera separadas del resto de las casas.
En lo referente a los servicios básicos, el agua de consumo es obtenida de pequeñas vertientes que los pobladores canalizan a cielo abierto hacia sus hogares, habiendo algunos que cuentan con tanques para su acumulación. Las condiciones del agua para consumo humano son malas, en especial en épocas de sequía, por la presencia de los animales en las cercanías de los pequeños cursos de agua, presentándose grandes problemas de parasitosis en la mayoría de los pobladores, y sobre todo, en los niños.
Al igual que para la cocción de los alimentos, en las viviendas, el calentamiento del agua para el aseo personal o uso sanitario se realizaba en ollas sobre fogones o parrillas, con las nuevas cocinas multifunción se eliminaron los humos y peligros para la salud de las familias.
En algunas comunidades los inviernos son fríos con ocasionales nevadas; sin embargo, las viviendas no tenían ningún sistema de calefacción hasta la entrega de las estufas eficientes.
La mayoría de las comunidades tienen escuelas, las cuales no tenían calefacción ni cocinas seguras y eficientes hasta la entrega de las cocinas multifunción y estufas y. En todas las comunidades, la escuela es el principal lugar de encuentro comunitario para reuniones sociales o institucionales.
La entrega de los equipos se complementó con capacitaciones para un uso seguro y eficiente y se previeron seguimientos en el funcionamiento y mantenimiento adecuado. Estos equipos son una mejora en la salud, el confort y la calidad de vida y resuelve las necesidades de energía térmica.
Esta intervención promovió el uso eficiente de la biomasa, el arraigo de los pobladores y demuestra la sostenibilidad y replicabilidad de la experiencia en otras comunidades con necesidades energéticas similares.
Las fotografías están disponibles en: https://www.flickr.com/photos/182084932@N05/collections/72157709155601232/
